Me vuelvo dificil.
Impenetrable.
Hablas y hablas.
Tus palabras danzan apuradas, eternas. Oigo el ritmo de tus palabras. Entrelazadas, confundidas y aturdidas salen y se pierden, se enredan, se anudan entre si. Se enojan, se golpean, se abrazan, se vuelven a enredar y tropiezan.
Aparecen las preguntas.
Superfluas.
Bien. Si. No.
Respuestas vagas, cansadas, desganadas. Sin sentido.
¡Tan sin sentido!
¿Que esperas?
¡Que queres?
Me muevo de ahi.
Salgo.

Entro en la nube oscura del remolino cosmico.
Hacia la derecha.

En la pared pintada de colores hay una puerta.

Todo pasa muy aprisa.
Para mi que los dias tienen menos horas.
O las horas menos minutos.
En fin, solo se necesita un minimo muy minimo cambio para que todo se modifique.
Y, entonces todo gira a otra velocidad.
Tal vez cambia incluso el sentido.
Y el sonido es lento.
Mi cuerpo se mueve desacio. Con consciencia.
Siento.
Y es mucho, creo.
La musica me atraviesa.
La siento adentro.
Respiro musica.

A veces me siento de otro planeta...ni mejor mi peor, solo me siento tan diferente que creo que no pertenezco aqui. Y me dan ganas de salir corriendo. O de salir volando.
Me elevo y me alejo.
Veo todo desde afuera...
Es increible lo que hace el amor.